Desde tiempos ancestrales la mujer ha sido tratada más que
como un ser humano, como un despojo el cual no tenía ni voz ni voto. Estamos en
el siglo XXI, ¿podríamos decir que a estas alturas la mujer es igual tratada
que el hombre? La primera respuesta rápida y sin pensar, sería ‘’si’’, pero si nos ponemos a desarrollar el tema y a
buscar información podremos comprobar que aún seguimos por debajo de los
hombres y que estamos viviendo en un mundo falocentrico.
Si nos vamos fuera de Europa, encontramos varios países con
ejemplos como estos: 943 mujeres asesinadas por crímenes de honor en Pakistán
en 2011, feminicidios en Guatemala 850 mujeres muertas en 2010, más de 400.000
violaciones al año en el Congo y en los últimos treinta años en India se han
practicado abortos selectivos de niñas, mas de 12 millones. Con estas cifras,
mas que alarmantes sobre la mesa, cabe especular sobre la posibilidad de que al
ser países subdesarrollados el resto del mundo mire hacia otro lado, entiendo
que si lo hacen en sus propios países, lo que pase en la otra punta del mundo
es meramente un numero más en la lista. La educación y religión que está
implantada también juega un papel importante, y creo que van las dos juntas de
la mano, pues las doctrinas religiosas, sean cual sean, siempre han puesto al
hombre por encima de las mujeres, puesto que las religiones las crearon ellos y
ellos ponen las reglas. Da igual que sean arcaicas y denigrantes, es un tema
obligado en estas culturas, que hacen que desde pequeñas pienses que no son
independientes y libres, sino más bien mujeres mueble. También pensar que una
civilización llena de hombres, en vez de mujeres y hombres, es más estable es
otra de la problemática.
En el primer mundo, a pesar de creer que evolucionamos hacia
delante y que somos países civilizados, nos encontramos con ejemplos como
estos: EEUU, más del 20% de mujeres militantes han sido agredidas sexualmente
por sus compañeros, Europa tiene 140.000 mujeres esclavizadas en la
prostitución, los países nórdicos encabezan las lista de mujeres muertas por
maltrato domestico. Seguimos pensando que somos objetos a los que se puede dar
un uso y tirar a la basura. Somos meramente un coño, así de simple, no tenemos
cabeza, ni corazón, ni sentimientos, solo un coño al que hay que darle un uso
ya sea para gusto personal (no de la mujer, por supuesto) o para gusto
comercial.
En España, no es mucho menos doloroso ver lo que pasa. El
gobierno aprobará la ley del aborto que solo sirve para violaciones, daño de
vida para la madre o malformación del feto con peligro para la madre. Las
mujeres que quieran abortan tendrán que irse a otro país, cargando con unos
gastos a veces imposibles o a los abortos clandestinos donde no es que haya un
peligro para la madre, sino que muchas mujeres mueren gracias a esta práctica.
El no tener poder decisión en nuestro propio cuerpo es el más claro ejemplo de
que el hombre está por encima de la mujer. El grupo de personas que decide esta
ley no tiene un solo miembro femenino entre
ellos, no piensan más que en la doble moral y en hacer apología de la vida.
En el salario tenemos una diferencia de 82 días más al año que tiene que hacer
una mujer para cobrar LO MISMO que un hombre. Otro ejemplo de desigualdad donde
no se mira la eficiencia de un trabajador, sino el aparato reproductor que
posea. En el tema del maltrato, no estamos mejor que en otros lugares puesto
que ahora solo constará como mujer maltratada la que pase más de 24 horas en el
hospital, esto significa que disminuirán sobremanera las cifras de maltrato
domestico y que se podrá ir con la mano suelta más tranquilo porque unos
moratones, tampoco importan mucho. Tampoco las destrucciones de autoestima y
personales que arrasan con la vida de muchas mujeres que son simplemente mierda
para sus parejas que las aman tanto. Lo curioso de este tema, es que es una
mujer la que ha impuesto esta estadística, Doña Ana Mato, la cual con sus actos
hace bastante honor a su apellido. En mi opinión el hombre hace mucho daño,
pero la mujer no ayuda tampoco. No generalizo, puesto que hay mujeres que
luchan diariamente para no tener que estar sometidas a un mundo creado por y
para hombres. Pero otras no… como nuestra querida ministra o todas aquellas que
tienen una mentalidad machista o se comportan con otras mujeres como si fueran
un tío misógino.
Las palabras puta, guarra, mujer ligera de cascos, zorra y
un largo etcétera, no provienen siempre de una voz masculina, es más nos
referimos continuamente con esas palabras a mujeres que no nos gustan por
cualquier motivo o envidia. A parte de los actos impuestos desde hace siglos,
nuestra forma de pensar y actuar, a veces no ayudan. Es sabido por todos que un
hombre que le gustan más mujeres y es sexualmente activo es normal, no pasa
nada, pero si es la mujer la sexualmente activa es la más guarra del barrio y
eso es un cliché social impuesto por el machismo.
No somos objetos, somos seres humanos, no somos un coño,
somos un cerebro, a veces más inteligente que cualquier hombre, lo que hace que
muchos tengan miedo al sentimiento de inferioridad.
La lucha continúa, un día conseguiremos la igualdad y
libertad que nos merecemos.
Noelia AB